Margo Glantz inaugura su Biblioteca personal en la Casa Universitaria del Libro
Autora: Mónica Maristain
Fueron Socorro Venegas, Carmina Estrada y Eduardo Rabasa, todos para dar testimonio de lo afortunados que somos al conocer a Margo, en un contexto donde muchas veces se habla de otras literaturas, de otros escritores, cuando “en casa” tenemos muchas personas para enorgullecernos.
Elegante como siempre. Con un saco estampado sobre un enterizo negro, nadie diría que esta mujer tiene 92 años. Lo cierto es que Margo Glantz recibió ayer un homenaje en la Casa Universitaria del Libro, donde se armó la Biblioteca personal de la escritora, en un proyecto que lleva a cabo la directora Guadalupe Alonso.
Fueron Socorro Venegas, Carmina Estrada y Eduardo Rabasa, todos para dar testimonio de lo afortunados que somos al conocer a Margo, en un contexto donde muchas veces se habla de otras literaturas, de otros escritores, cuando “en casa” tenemos muchas personas para enorgullecernos y mucha obra que se hace a medida que “los mercados” nos tratan de meter aquella o aquel (siempre con lenguaje inclusivo) que descubrió el hilo negro mientras nosotros estábamos escribiendo un poema.

Lo cierto es que ayer la Casa Universitaria del Libro (CASUL) estaba llena, desde Julieta García hasta Hugo Hiriart, quien llegó solo, acompañado de su bastón y se sentó en la primera fila, desde Michael Schuessler, el gran estudioso de las escritoras mexicanas, hasta esos jóvenes que buscaron un sitio preferencial para rendirle homenaje a alguien que siempre ha luchado por ellos.
Antes de que empezara la conferencia, Margo se reunió con los periodistas mexicanos para firmar el primer sello de la Biblioteca, que luce esplendorosa y que se han conseguido ejemplares de las novelas y ensayos que ya no están en ningún catálogo, todo a cargo de las editoriales que han apoyado la iniciativa.

La ganadora reciente del Premio Carlos Fuentes fue nombrada por Guadalupe Alonso “el espíritu más joven de la literatura mexicana”. Ella, con su rostro asombrado y al mismo tiempo satisfecha con todas las tareas realizadas, se encargó de decir que su antigüedad no viene desde hace 50 años, sino de 60 y habló de todos los libros que se trajo de su reciente viaje a Argentina. “Fueron 30, no sé si a todos los leeré, porque pronto me moriré”, dijo, en un contexto que es normal, pero duele mucho, porque uno quisiera que todo fuera eterno.
“Es muy especial reunirnos para conversar y homenajearte”, fueron las primeras palabras de Socorro Venegas, quien remarcó la Biblioteca personal de la CASUL y describió a Margo como “una hija de poeta que nació entre libros”.

La escritora remarcó la historia de sus padres ucranianos, emigrados, quienes cuando salieron de su tierra llevaban entre los colchones, muchos libros. “Crecí con la historia argentina más que mexicana. Sabía más de San Martín que de Hidalgo. Leía la revista Billiken”, contó Margo.
Shakespeare, Calderón de la Barca, Lope de Vega eran los autores leídos por ella desde los 7 años y su amor por los libros comenzó desde muy temprano.
Todos dijeron cosas increíbles de Glantz, en una tarde donde afuera transcurría la lluvia y el México de la escritora se expresaba con una gran hidalguía, la misma que ella posee.
Contenido original en: Maremoto Maristain
Comments